jueves, 14 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
ENSAYO SOBRE PEDAGOGIA
“Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno
un deseo grande de aprender.”
Arturo Graf (1848-1913)
El hombre, como ser
consciente y reflexivo puede pararse en
su realidad y mirar atrás para constatar que todas sus vivencias, todo su que
hacer y lo que ha pensado a lo largo de la historia van evolucionando, de tal
manera que, aunque se conserven tradiciones, el ritmo de la historia genera
cambios muchas veces obligados y otras tantas reflexionados y vistos como lo
mejor, como el hacer de mejor manera y con mejores resultados lo que se hacía
de otras. Es así como tradiciones ancestrales
han evolucionado y se han hallado maneas más eficientes de hacer lo mismo. No se trata pues de una negación de las
tradiciones sino de adaptarlas al ritmo y al pensamiento que se va generando en
el mundo a medida que la historia avanza.
Sería un gran error quedarse anquilosado en los rudimentos pasados
mientras muchos avanzan y se lanzan decididos al futuro.
El proceso pedagógico, como
realidad humana no ha sido ajeno a los cambios y a la evolución que se van
dando cada vez con mayor rapidez. Ante
el asombro de muchos, tal vez el nuestro, la concepción tradicional de la forma
“maestro” como dueño y poseedor del conocimiento y “alumno” como depositario de
ese conocimiento, en una relación vertical, ya es un concepto añejo y poco
eficaz. Poco a poco han ido apareciendo
estudiosos visionarios que han
reflexionado sobre el tema y han marcado nuevos derroteros hacia una enseñanza
donde la persona que aprende es la protagonista, es quien, con la ayuda
orientadora de un tutor, construye sus propios conocimientos y que por ser una
construcción propia resultan sólidos y con buen fundamento. Evidentemente nadie puede construir unos
conocimientos de la nada y por tanto hay un apoyo en lo que otros ya han
desarrollado, lo que hace el cambio son las nuevas maneras de aprender y de
enseñar, viéndolo desde el punto de vista del tutor.
Como en un restaurante
encontramos una carta de menú variado en cuanto a nuevas maneras de enseñar y
de aprender, lo que pide por parte del maestro análisis y tomar opción por
aquella, o aquellas, que mas se adapten a las personas que se van a
orientar. Es constatable que en un grupo
se deben aplicar tantos “métodos” como personas conformen el mismo. Las nuevas tendencias ya piden audacia y dejar
a un lado el sistema depositario, único para todos, y lanzarse a la aventura de
adaptarse a las necesidades propias de cada estudiante. Para Freire el
conocimiento no se transmite “se está construyendo” y se beneficia igual la
persona que aprende que el maestro, en un proceso de construcción donde todos
aprenden. De aquí se desprende algo que
marca la propuesta de Paulo Freire y que él da en llamar “Educación
Problematizadora” como negación de lo que era la tradición, donde había una
educación depositaria, alguien que “llenaba” de conocimiento un “recipiente
vacío”, para pasar a una comunicación de ida y vuelta que elimina
contradicciones entre educadores y educandos, ya que siempre va a haber una
relación donde se aprende mutuamente, apuntando así hacia la liberación e
independencia, donde el educando se
convierte en un actor constructivo, que transforma su realidad.
Partiendo de estos
presupuestos cabe el análisis de cómo se va caminando hacia esa nueva manera de
enseñar y de aprender, es decir hacia esa forma donde todos aprendemos y nos
beneficiamos mutuamente. El SENA, a mi parecer
es pionero en Colombia en el tema y aunque falta mucho por avanzar lo
importante es que ya se dan pasos hacia una enseñanza no bancaria, una
enseñanza donde los aprendices pueden crear y a partir de sus creaciones
construir conocimientos sólidos y perdurables.
Los aprendices generan proyectos paralelo a ellos van apropiando y
creando su propio conocimiento en trabajos de grupo colaborativo, con el apoyo
de instructores, de las TICs y de su entorno, lo que determina un aprendizaje
integral y significativo. Ese es el
ideal del SENA, pero de pronto en la práctica aún se patina y se conserva algo
o mucho de lo pasado. Muchas veces los
mismos sistemas evaluativos que se aplican son un indicador de ello ya que
están orientados a un aprendizaje memorístico y fuera de contexto, lo cual
resulta contradictorio con el modelo que se quiere aplicar. Nos falta mucho por aprender y es necesario
profundizar en estás temáticas sobre lo que significa ser docente hoy para
darnos cuenta del camino que tenemos por delante y de lo mucho que estamos
dejando de hacer y de aprender. Quizá
parte del problema sea que aun no entendamos el papel del docente, no como
aquel que posee unos conocimientos y cuya única función es transmitirlos, sino
como aquel, que a decir de Freire, con su pedagogía libera, traza caminos de
liberación para las personas que acompaña.
Como lo expresaba al inicio de este
ensayo, podemos dar una mirada retrospectiva, pero no hemos de quedarnos allí,
es necesario volver a ver hacia el frente y asumir un papel audaz que nos lleve
a ver la realidad de otra manera, pensando en la dinámica enriquecedora de
nuestro que hacer como docentes, comprometidos con el conocimiento
significativo de las personas que acompañamos y en el trazo de caminos de
liberación para todos. “La ciencia y la
tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la
liberación permanente de la Humanización del hombre.” Paulo Freire.
El reto entonces está a la
vista: o avanzamos por nuevos caminos o nos quedamos en el pasado mientras
otros avanzan. Es necesario e imperativo
arriesgarse al cambio, un cambio que será enriquecedor para todos, un cambio
que hará la diferencia en un país con tantas dificultades, un cambio que se
notará en las futuras generaciones, un cambio que en definitiva nos
transformará a todos y nos traerá prosperidad y libertad a todos, no en vano
Jesús de Nazaret afirma en el evangelio: “la verdad os hará libres”
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